Trabajar desde casa es casi igual de agotador que estar en el centro de trabajo, porque si bien te ayuda a poder estar cerca de tu familia, lo cual es positivo, pero debes de ver de manejar los tiempos, para los niños para que hagan sus tareas virtuales, hay que limpiar, salir a comprar, cocinar, entonces se puede complicar un poco durante la semana.
Llega el sábado y en verdad sólo tengo ganas de dormir un poco más de lo habitual, como un pequeño estado de flojera masiva me ha invadido, pero igual, no hay donde escapar, sólo seguir en casa resolviendo cosas y como aquí el clima esta cambiando, el otoño se va haciendo presente, como vivo cerca al mar, por la tarde el cielo esta más nublado, y aunque no podía ver esos hermosos atardeceres de marzo, al menos entraba esa luz cálida del atardecer por la ventana. Por la noche está empezando ha hacer un viento helado y uno debe empezar a dormir con un poco más de abrigo.
Dentro de esta busca de abrigo, una de mis gatas, el coronel Aureliano, cuando empieza a enfriar el día, ella discreta se esconde bajo la cama para subir (según ella) sin que nos demos cuenta, pero siempre deja un pedazo de su cola visible. Como no podemos llevarlos a la veterinaria para que los puedan bañar, hemos decidido que cada día vamos a bañar a uno.
Ayer fue el turno de Pericles, el más joven del clan, que como buen gato no es muy amigo del baño, pero intentamos que sea rápido, efectivo y no recibir mordeduras en el camino, el único detalle es que nunca dura mucho su limpieza, porque en el menor descuido va al jardín a jugar en el grass, entre las plantas, debajo del carro.
Aprovechando que Aureliana se había quedado en mi dormitorio, fue la siguiente en recibir su baño el día de hoy. Ella es más noble, aunque no le gusta mucho el baño, no opone mayor resistencia pero sí lanzó un par de maullidos de protesta y es la única que se deja secar con la secadora en velocidad baja. Sólo que ahora me mira con cara de pocos amigos o si me acerco a acariciarla, se va corriendo. Espero que mañana esté de mejor humos conmigo.
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