En estos días he estado preparando clases virtuales, que es cambiarte el chip, actualizarte y replantear todo para poder llegar a los estudiantes con los aprendizajes que necesitan. Es todo un esfuerzo por parte de todos los maestros, profesores, docentes, coordinadores directores de colegios, institutos y universidades.
En menos de un mes, tuvimos que entrar a la enseñanza virtual, algo que no es una modalidad nueva, pero todo se intentaba a ser con calma con la modalidad blended. Pero los padres son los que a más les cuesta entender y en vez de escribir al profesor sobre algún tema, le quita el micrófono a sus hijos y se mete en medio de las clases, generando caos en lugar de aportar en muchos casos, haciendo sentir a sus hijos que ellos tienen más autoridad que el profesor en su aula virtual.
Desde aquí un gran abrazo y mí apoyo para cada maestro del país, que da su mayor esfuerzo para evitar que la educación se interrumpa con todos los retos que ello supone.
En mí caso hace tres semanas había iniciado mí dictado virtual, la semana pasada empezaron mis hijos, tanto en el colegio como en la universidad. He podido ser testigo del esfuerzo de mi hija en participar, resolver los ejercicios, así como el de las profesoras en poder llevar la clase. Y para eso estamos, para apoyar a los niños que está cuarentena no signifique no poder ponerse nuevos retos e intentar seguir adelante, a pesar que económicamente nosotros pataliemos, pero es igual darles una educación de calidad aunque no estén metidos en un aula 7 u 8 horas de cada día de sus vidas.